La revisión de un equipo de salvamento y/o seguridad tiene un motivo fundamental: garantizar su correcto funcionamiento en el momento ante una emergencia. Es por ello que la balsa salvavidas debe estar siempre revisada y puesta al día, para que cuando se tenga que usar esté en plenas garantías de funcionamiento.
Sabemos que no bastan ni los mejores tejidos ni los mejores accesorios, y que ni tan siquiera las manos más expertas pueden competir contra las inclemencias del tiempo o las condiciones ambientales de la mar, donde se dan cambios de temperatura durante todo el año, pasando de temperaturas bajas en invierno a muy altas en verano y siempre combinado con la humedad y salitre.
La balsa salvavidas ISO, ya sea en formato bolsa o contenedor, va protegida en el interior de estos por un saco estanco de vacío que entre otras cosas ayuda a compactar la balsa y protegerla de la humedad ambiental como segunda barrera (tras el saco o contenedor).
Como contrapartida, este compactado extremo hace que con el paso del tiempo, sobre todo debido a los gradientes térmicos que se dan en la mar, los tejidos que componen la balsa se puedan deteriorar y no estén en sus condiciones óptimas para su uso si antes no se ha trabajado de modo anual el tejido dándole la flexibilidad necesaria para recibir una descarga súbita de CO2. Lo mismo puede ocurrir con ciertos materiales como puedan ser baterías de litio, pilas, etc.
La verificación del resto de material también es esencial, por lo que periódicamente se comprueba el estado y caducidades de todos y cada uno de los materiales que componen la balsa salvavidas.
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